¡Noche de emoción, amanecer de cuento!
Los niños ya se acuestan, ilusionados pero sin sueño.
Los mayores pergeñamos la trama y somos niños de nuevo.
¡Por favor, que nada rompa la magia! ¡Soñemos!
Que ni siquiera hoy brote la lágrima de Ignacito en el recuerdo que, aunque no se ha ido,
hace casi veinte años que está en el Cielo.
¡Que gane su eterna sonrisa y la magia de este momento!
©MCS
5 de enero de 2020